En Final Fantasy IX, el jugador se puede encontrar con un grupo de Enemigos Bondadosos alrededor del mapa del mundo. Las batallas contra estos enemigos se pueden distinguir por la melodía suave y dulce que se reproduce desde el comienzo del encuentro. Los enemigos bondadosos no te atacarán, sino que te pedirán piedras como gemas en bruto o esmeraldas a cambio de una cantidad considerable de PH. Por esta razón, se recomienda evitar estos encuentros hasta que se necesite PH para aprender alguna habilidad nueva. Aunque los combates son al azar, se puede escapar de estos de manera convencional.
Tipos[]
No importa el orden en que encuentres a los monstruos; sin embargo, Yang será siempre el último. Cabe destacar que si los 8 enemigos bondadosos no son complacidos, Yang huirá al encontrarte con él. Yang es el único de todos los enemigos bondadosos que se puede convertir en una amenaza si se le provoca, cosa no muy recomendable dados sus 65535 PV y su arsenal de ataques devastadores, además de sus 255 puntos de defensa física y mágica. Cabe destacar que, en caso de ser derrotado de esta manera, también da 50 PH y el anillo Rosetta, pero no dejara de aparecer como encuentro aleatorio, de manera que se puede utilizar para obtener una gran cantidad de PH. Yang se complace con el Diamante que recibes al complacer a Garuda. Si no se lo da a tiempo, empecerá a decir "¿No me dais?" y a atacar.
Luego de complacer a cada uno de los enemigos, Yang te dirá, «¡Muchas gracias! ¡Ahora podrás darle a la bola esa!». Esto significa que Ozma ya puede ser dañado con ataques físicos. Adicionalmente, Ozma será vulnerable a los ataques del elemento sombra y sacro en vez de absorberlos, por lo cuál su ataque Hecatombe se vuelve más peligroso para sí mismo que para ti si te defiendes correctamente.
Curiosidades
- Todas las cartas de Tetra Master pertenecientes a un monstruo con contraparte bondadosa no son de los monstruos originales, sino de su versión bondadosa.