Madain Sari es una aldea abandonada situada al norte del Continente Exterior, en Final Fantasy IX. Es un pueblo en ruinas, donde antaño se asentó una tribu de invocadores, entre ellos Eiko y Garnet.
De acuerdo con Final Fantasy IX Ultimania, Madain Sari se encuentra donde el pulso entre Gaia y Terra es más fuerte, lo que desembocaba en la presencia de eventos mágicos y anormales. El pueblo estudió estas fuerzas de la naturaleza y alcanzaron el poder de usar la magia y la capacidad de invocación. A raíz de sus descubrimientos, concluyeron que los espíritus de invocación eran guardianes de Gaia que velaban por el mundo y la vida en el planeta.
Sus conocimientos se difundieron como mitos y leyendas por todo el mundo. En el Muro de los Invocadores, en Madain Sari, pueden leerse aún hoy muchas de ellas, ya que la edificación perdura en la actualidad.